Estas fotos del Río Magdalena pertenecen a mi serie ‘Realismo Mágico’ y fueron realizadas durante mi Residencia de Artista en Santa Cruz de Mompox en 2021. Tuve la fortuna de vivir un mes en este distrito de Colombia, en el departamento de Bolívar declarado Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que se encuentra a orillas del Río Magdalena.
Dice Wade Davis en su libro Magdalena River of dreams:
«We live on a Water Planet… Water can shift states, becoming gas, solid, or liquid, but its essence can be neither created nor destroyed. The amount of moisture on the planet does not change through time… Water has no beginning and no end. To slip ones hand into a river is to return to the point of origins, to connect across the eons to that primordial moment, impossibly distant in time, when celestial bodies, perhaps frozen comets, collided with the Earth and brought the elixir of life to a lonely, barren planet in velvet void space.»
Navegar por el Río Magdalena es evocar el origen del mundo con su misterio y su magnificencia.
Dice Wade Davis en su libro El Río:
“… al principio, le explicaron todo era agua y oscuridad. No había tierra, ni sol o luna, ni nada vivo. El agua era la Madre Creadora. Era la mente dentro de la naturaleza, la fuente de todas las posibilidades. Era la vida naciendo, el vacío, el pensamiento puro.
Tomó muchas formas. Como virgen se sentó en una piedra negra en el fondo del mar. Como serpiente rodeó la tierra. Era la hija del Señor del Trueno, la Mujer Araña cuya tela envolvió los cielos. Como madre del hielo moraba en una laguna negra en las alturas de la Sierra; como Madre del Fuego habitaba en todo fogón.
En el principio, la Madre Creadora comenzó a hilar sus pensamientos. En su forma de serpiente colocó un huevo en el vacío, y el huevo se convirtió en el universo.”
Dice Gabriel García Márquez en Cien años de Soledad:
“Macondo era entonces una aldea de veinte casa de barro y caña brava construida a las orillas de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”
Mis fotos son un tributo al agua como principio fundamental de la todo lo que somos como humanidad.
En mi cuenta @mompoxmagico hay una crónica de mi estadía en este lugar detenido en el tiempo. Mompox es Realismo Mágico. Es Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.
La serieRealismo Mágico de Marcela Bellini es una exploración visual de la ausencia a través del entorno contrastante de Mompox, una ciudad que ha experimentado tanto el auge como el declive a lo largo de su rica historia colonial. Presentada en Cali, la exposición reúne una selección de fotografías en blanco y negro impresas en aluminio que, en su carencia de presencia humana, están cargadas de una inquietante sensación de
expectativa. A través de cerraduras de forja, un remanente de la época colonial, Bellini captura escenas de espacios exteriores en un estado de espera perpetua.
En estas fotografías, el observador mira desde un espacio interior, simbolizado por la puerta y la cerradura, hacia un espacio público. Esta dinámica invierte la habitual mirada voyeurística que presupone un acto de invasión de la privacidad. Poner al observador en este lugar acentúa su sentido de aislamiento y desvinculación con el mundo exterior, y a la vez, genera la expectativa de que algo o alguien irrumpa en la escena que observamos a través del ojo de la cerradura. Nosotros, los espectadores, nos vemos arrastrados en esta espera interminable.
El río Magdalena, esencial en el pasado colonial de Mompox y testigo mudo de la transformación histórica de Colombia, se manifiesta en su serena belleza y desolación
reflejando a la vez un trasfondo de lucha y resistencia. Ocasionalmente, la aparente ausencia de la figura humana se ve delicadamente desmentida por la presencia de una canoa meciéndose con la marea, lo que sugiere sutilmente la interacción entre el ser humano y este vasto espacio natural.
Realismo Mágico emerge como un capítulo reciente de Nadie, una serie en progreso que Bellini inició en 2014, documentando espacios urbanos alrededor del mundo en los momentos fugaces en los que están desprovistos de presencia humana. En retrospectiva, su trabajo parece casi premonitorio, reflejando de manera sorprendente el vacío que las ciudades de todo el mundo habrían de experimentar durante la pandemia.
La metodología de Bellini, influenciada por su formación en filosofía, literatura y periodismo, es de carácter inherentemente narrativa. Cada escena vacía se convierte en un escenario que aguarda ser ocupado, cada paisaje es un testigo mudo de las historias que ha albergado. La ausencia de figura humana concede a otros elementos de la imagen el protagonismo en la narrativa, ya sea la elegante arquitectura de una ciudad, una icónica escultura en una plaza o una modesta canoa meciéndose al compás del agua. Esta ausencia abre paso a otras presencias: las de la historia, la memoria y la emoción.
Es posible que la ausencia, que tan poderosamente permea la obra de Bellini, tenga raíces en una experiencia personal profundamente significativa. La pérdida temprana de su padre, un evento desgarrador y transformador, pudo haber sembrado en ella la necesidad de explorar este vacío a través de su práctica fotográfica. Así, la ausencia se refleja y se multiplica en todos los espacios desprovistos de humanos que ella documenta de manera sistemática. Estos espacios no se limitan a reflejar una mera carencia de vida; en cambio, parecen estar marcados por una silenciosa expectativa. A través de su lente, Bellini logra transformar su experiencia personal en una narrativa universal de vacío y melancolía, tocando a su audiencia de una manera singular y conmovedora.
Francesca Bellini Joseph
Londres
Mayo 2023
